Kruger: Satara – Cocodrile Bridge

Hoy comienza nuestro último día en Kruger, y cómo no, el amanecer llega cuando nosotras llevamos en pie ya un buen rato. Hoy también madrugamos, esta vez para hacer un Sunrise Game Drive. Está claro que no queremos perdernos ni un minuto de la belleza y serenidad que ofrece el Parque Nacional Kruger, y sobre todo no nos queremos dejar pasar la oportunidad de disfrutar de esa fantástica luz que se observa sólo al amanecer.

Son las 4 de la madrugada y ya estamos montadas en el jeep que nos llevará por nuevos rincones del parque en busca de animales, especialmente de los felinos, que tras 4 días de safari, aun no hemos tenido la posibilidad de vislumbrar. Como aún no ha salido el sol, he cogido una chaqueta y mi Buff, porque yendo en el 4×4 completamente abierto a esas horas de la mañana, al final da bastante frío. Nuestro guía esta nos ha llevado a ver el amanecer desde lo alto de una colina, desde la cual se podía ver todo el valle, que se iba tiñendo de color ocre según el sol iba asomando tras las montañas al horizonte.

Durante el recorrido hemos visto monos, jirafas y otros tantos mamíferos que se nos han ido cruzando por el camino, pero sin duda una de las imágenes más bellas que hemos presenciado esta mañana ha sido el desfile de gacelas con sus crías justo delante nuestra, una por una. Con un orden y armonía asombrosa y todo ello con los prados verdes de fondo y el sol saliendo. Sin duda, una imagen digna de documental. Os dejo un vídeo para que veáis a lo que me refiero.

Tras acabar el circuito en jeep, hemos vuelto al campamento de Satara para recoger nuestras cosas, y comenzar el trayecto hacia la última parada de nuestra visita en Kruger, el campamento de Cocodrile Bridge.

He de confesar que tantos días de madrugar tanto nos están pasando factura, y cuando llevábamos no más de una o dos horas de trayecto hemos tenido que parar, porque sencillamente estábamos agotadas.
Hemos detenido el coche en un recodo de un camino, bajamos los asientos en posición horizontal y listo, ¡A echar la siesta! Tras 15 minutos de sueño reparador, nos ponemos en marcha con las pilas un poco más cargadas. Durante ese rato de descanso, pudimos percibir que los coches que pasaban por delante nuestra se paraban a curiosear, ya que cada vez que se ve un coche parado, uno piensa que hay algún animal cerca digno de fotografiar, pero no, es este caso, no había nada más que dos turistas muertas de cansancio.

Definitivamente, ambas necesitábamos un café con urgencia y tras un rato más de conducir por la carretera roja H1-3, llegamos a Tshokwane. A mi me pareció uno de los sitios de parar más agradables y originales por los que paramos a descansar. Tienen una cafetería abierta y dos zonas para comer y beber. Una de ellas, es bastante agradable con sofás y decoración shabby chic.
Allí nos tomamos un café americano bien cargado para reponer todas las fuerzas que nos faltaban. Después paramos por la tienda, para comprar algunos recuerdos, y vimos que la tienda, tenía cosas bastante diferentes a las otras tiendas del parque, así que fue la excusa perfecta para traerse algunos recuerdos.

Esta vez volvimos a conectar con caminos sin asfaltar que son más divertidos, y continuamos nuestra ruta por ellos. Como siempre con las ventanas bien abiertas para ir disfrutando de los olores y sonidos de la naturaleza.
El calor era abrasador, y condujimos durante al menos dos horas sin vislumbrar nada demasiado interesante, hasta que nos cruzamos con un 4×4 cuyo conductor nos iba haciendo señas con el brazo fuera del coche. Al llegar a su altura, nos paramos, y nos dice que a unos 300 metros de donde estábamos, hay un guepardo.
Nuestros niveles de euforia en un instante se dispararon, y seguimos en la dirección que nos había indicado. En menos de un minutos, no nos encontramos con un guepardo, ¡si no con dos y a menos de 10 metros nuestra! Realmente no dábamos crédito a lo que estábamos viendo. Dos guepardos, en libertad, plácidamente tumbados a una sombra, tan tranquilos, e indiferentes a las miradas, y objetivos de la cámara.

Creo que no puedo contar el tiempo que estuvimos allí paradas observando a esos dos animales, pero fue tanto rato, que perdimos la noción del tiempo. Queríamos disfrutar de un momento que sabemos que es único. Los guepardos son una de las especies de animal más difíciles de ver en Kruger, ya que tan sólo quedan, según recuentos oficiales, 150 animales en el parque.

Además es uno de los felinos más fascinantes que existen. Creo que de los grandes felinos, es el más pequeño, pero eso no le hace menos fuerte, ya que es considerado el mamífero mas veloz del planeta, pudiendo pasar en tan solo 3 segundos de 0 a 96km/h, y pudiendo alcanzar los 110km/h.

Allí estábamos nosotras delante de esos dos maravillosos animales, asombradas por su belleza, y por otro lado con cierta preocupación por tener la ventana abierta del coche, estando a tan poca distancia de ellos. Las gotas de sudor nos caían por todas partes, pero daba igual, ¡ese era nuestro momento! Es obvio que los animales tampoco se movieran de su sombra, porque era la 1 del medio día y el calor era abrasador.

Tras un largo rato, decidimos dejar a los animales descansar tranquilos y seguir nuestro recorrido hacia Cocodrile Bridge.

• 

• 

• 

• 

Atravesamos preciosos paisajes, ríos con manadas de elefantes jugueteando en el agua, valles verdes, nos cruzamos con infinidad de gacelas, ñus y cebras; y por casualidad llegamos a un sitio bastante original llamado Ntandanyathi Bird & Game Hide, está situado cerca del campamento Lower Sabie en la carretera S28. Es un mirador muy tranquilo, destinado a la observación de aves, tiene construida una terraza de madera, que da a un río con unas vistas increíbles. Desde allí se pueden vislumbrar cocodrilos e hipopótamos, ademas de la infinidad de aves que merodean por allí. ¡Todo un espectaculo!

Al poco de salir del mirador, cogimos nuestro coche, esperando llegar en breve al campamento. Lo que no sabíamos es que aún nuestra jornada de encuentros animales, aún no había concluido y tan solo a unos pocos km del campamento tuvimos que pararnos durante bastantes minutos para contemplar el maravilloso rinoceronte blanco, con su cría que se cruzaron por nuestro camino.

Sin duda una de las sorpresas más gratificantes de nuestro safari en Kruger.

Al igual que anteriormente con el guepardo nos pasamos largos minutos, quizás pasamos más de media hora ver pastando a esos dos maravillosos animales. Hay que recordar que el rinoceronte es una de las especies más en peligro de extinción que existen y en el parque quedan muy pocos. Para protegerlos de los cazadores furtivos, el parque no da ninguna información sobre ellos en cuanto a cifras, y lugares donde se pueden encontrar con el fin de no dar pistas y ponerlos más en peligro de lo que ya están. Por lo tanto fue un enorme privilegio poder encontrarnos de frente con ellos.

Realmente este último día en el parque fue inolvidable y muy gratificante.

Este pequeño y encantador campamento está situado en la esquina sureste del Parque Nacional Kruger, en la orilla norte del río Crocodile, del cual deriva su nombre.

Consejos prácticos

5 Cosas que buscar en Cocodrile Bridge

• León
• Jirafa
• Hiena
• Kudu
• Guepardo

Actividades en Cocodrile Bridge: Caminatas guiadas por el monte, Game Drives, y Lebombo Eco-Trail (tour de 5 días por el parque acompañado de un guía oficial).

Instalaciones del campamento

Recepción
Teléfono público
Buzón de correos
Tienda
Gasolinera
Cocinas Comunes
Cestas de cubiertos y platos (de la recepción)
Asistencia Básica de Primeros Auxilios
Área de picnic para visitantes de un día 

Para alojamiento y otros detalles, os dejo la web del campamento aquí

Nota: El campamento de Cocodrile Bridge no tiene cajero automático, ni tampoco restaurante. Para comprar provisiones, hay que ir a la pequeña tienda que está al lado de la recepción.