Día 1. Jerusalén – Barrio Musulmán y Judío
Si a lo largo de tantos viajes, he entrado en contacto con muchas religiones y tradiciones espirituales distintas, quizás el día de hoy haya sido el más intenso de todos.
En el mismo día hemos estado en el lugar más sagrado del planeta para cristianos, visitando el Santo Sepulcro; para judíos, visitando el Muro de las Lamentaciones, y el tercer más sagrado para los musulmanes visitando la Cúpula de la Roca. Me ha parecido abrumador el presenciar tanta fe, en tan diversas variantes, tan cerca entre ellas y a cada cual vivida de la forma más intensa.
Sin duda Jerusalén es una ciudad fervorosa y apasionante en lo que a la religión y a historia se refiere.
Monte del Templo
Hoy es nuestro primer día en Israel, ayer aterrizamos en el aeropuerto de Tel Aviv por la tarde, cogimos un sherut (minibuses compartidos), y nos trasladamos directamente a Jersusalén.
Hemos empezado el día temprano, ya que el Monte del Templo solo lo abren unas pocas a horas a día, y se forman muchas colas al entrar.
Si hay un símbolo que represente a Israel, yo diría que es esa gran cúpula dorada la cuál se alcanza a ver desde casi cualquier punto de la ciudad, así que desde luego no queríamos correr el riesgo de dejar de visitar uno de los puntos más importantes de Israel.
El Monte del Templo abre a las 07.30, y cierra a las 10.30, y mas tarde vuelve a abrir a as 13.30 hasta las 14.30.
Sin embargo recomiendo ir temprano, para tener menos colas y para tener más oportunidades de entrar en caso, tener el primer intento fallido.
Hay que saber que, debido a inestabilidades políticas, de vez en cuando cierran el acceso a los turistas sin avisar.
Por lo tanto a las 07.00 ya estábamos en marcha. Nos estamos alojando en un convento de monjas en el Monte de los Olivos. El alojamiento está muy cerca del centro pero está en lo alto de una colina, y para llegar a lo que llaman la ciudad de antigua de Jerusalén hay que bajar y subir una gran colina bien empinada. Se considera el Jerusalén antiguo a todo lo que hay dentro de las murallas.
Como a las 07,00 de la mañana, no teníamos motivación para subir y bajar colinas, decidimos coger un Uber desde nuestro alojamiento en el Monte de los Olivos con el fin también de ahorrar energías para el resto del día.
Aquí la aplicación de Uber funciona bien, pero la tarifa sube según el tiempo de trayecto, por lo cual no se conoce el precio del trayecto de antemano como en otras ciudades. Como referencia, a nosotros nos costó ir al centro unos 12 euros al cambio, por un trayecto de unos 20 minutos.
Hemos querido empezar el día por la el Monte del Templo, también llamado Esplanada de las Mezquitas. Este es posiblemente el lugar sagrado y a la misma vez más disputado del mundo por ambas religiones. Denominado por los musulmanes Noble Santuario está considerado el tercer lugar más santo en el islam (tras la Meca y Medina), y también es el lugar más sagrado del judaísmo, ya que aquí se cree que tuvo lugar el sacrificio de Isaac.
A pesar de lo sagrado que este lugar es para los judíos, éstos no pueden acceder a la explanada para rezar. El recinto está bajo la custodia de Jordania pero controlado por Israel que ocupó Jerusalén en la Guerra de los Seis Días en 1967.
Sin duda dentro del Monte del Templo lo más llamativo es la Cúpula de la Roca, es un edificio no muy grande, el cual lo único que alberga en su interior es una gran roca saliente. El acceso a este edificio y cualquiera de los otros del recinto solo está permitido para los musulmanes.
Se dice que sobre esa roca, el profeta Abraham se dispuso a sacrificar a su hijo y desde la que Mahoma fue elevado al cielo.
La entrada a los no musulmanes solo es posible a través de la puerta de los Moros, donde se forma una buena cola debido a los controles de seguridad que hay que pasar. Nosotros no hemos tardado tanto como esperábamos, y no han sido mas de 20 minutos.
Tras el control de seguridad se sube por una plataforma de madera, desde la cual hay muy buenas vistas al muro de las lamentaciones, así que recomiendo pararse unos instantes a tomar una foto rápida.
El espacio ocupa como dos manazanas de edifcicios, por lo cual es muy cómodo de visitar porque no se forman aglomeraciones. Nosotros hemos visitado los principales puntos de interés, disfrutando también de las hermosas visitas que se tiene desde allí al Monte de los Olivos, que es precisamente donde estamos alojados, y el lugar donde apresaron a Jesús.
El recinto se ve bastante rápido, aunque nosotros nos hemos tomado nuestras dos horas, para disfrutar del momento, tomar fotos, conversar con los guardias del templo e ir a nuestro ritmo.
Muro de las Lamentaciones
Tras acabar de visitar el Monte del Tempo, nos hemos dirigido directamente al Muro de las Lamentaciones. Ahí hemos tenido que pasar otro control de seguridad, el cual nos ha llevado no más de 5 minutos.
Nada más cruzar el control de seguridad, nos hemos encontrado con el muro delante nuestra. Esa imagen que tantas veces habíamos visto por televisión, por fin la teníamos frente a nosotros.
De golpe nos hemos encontrado con decenas de judíos postrándose ante él, rezando con la cara y las manos pegadas al muro, escribiendo oraciones sobre trozos de papel, el ajetreo, los judíos ortodoxos con sus ropajes tradicionales, algunos hablando por móviles de hace más de veinte años, ancianos sentados en sillas esperando para rezar… Ese primer encuentro con el mundo judío ha sido toda una experiencia a contar, y según nos acercábamos, más curiosidades veíamos. Creo que había una especie de celebración o de ritual, ya que había numerosos hombres cantando y bailando en el lado del muro que le corresponde a los hombres.
Aquí también nos hemos tomado nuestro tiempo para observar los rezos, las plegarias, los bailes y cantos, las postraciones ante el muro y en general el ambiente que allí se respiraba.
Como nota histórica, El Muro de las Lamentaciones o Muro Occidental, es una parte del enorme muro de contención de la expansión del Monte del Templo sobre el cual fueron edificados el Primero y el Segundo Templo de Jerusalén.
Este Muro de contención fue construido por el rey Herodes I en el 37 a. C.. Desde hace siglos es el principal lugar de peregrinación para el pueblo judío de todo el mundo. Aquí los fieles insertan oraciones escritas a mano en los intersticios de entre las piedras, leen Salmos frente al muro, y celebran diversas festividades.
A pesar de no ser judíos, nos hemos querido acercar hasta los pies del muro para vivir en primera persona ese ambiente, de fervor religioso que solo se vive en algunos puntos del planeta. Para ello Jaime y yo nos hemos tenido que separar. Los judíos separan en la mayor parte de los eventos a los hombres de las mujeres, y aquí no iba a ser menos. Por ello, cada uno nos hemos ido a nuestro lado correspondiente del muro.
En el caso, el de las mujeres, el tramo de muro es mucho mas pequeño que el de los hombres.
Ambos llevábamos nuestro deseo escrito en un papel, que hemos colocado entre las intersecciones de la roca en el muro al llegar a nuestro turno.
En el lado de las mujeres, no había tantas turistas y realmente he podido percibir la devoción y la fe de las allí presentes, de las cuales algunas lloraban, otras rezaban en alto, colocaban su frente sobre el muro, hacían sus plegarias, etc..
Esta sin duda, ha sido una de las experiencias más curiosas del día.
Tras acabar nuestra visita al muro, hemos decido parar a desayunar, porque hoy salimos tan pronto, que no tuvimos ocasión de hacerlo antes. ¡Creo que el pobre Jaime ya estaba al borde del desmayo!
Barrio Musulmán
Nada mas salir por el lado más al este del muro, entramos en El Barrio Musulmán, en cual es en realidad un animado zoco lleno de tiendas y comercios.
Personalmente encuentro este zoco es muy autentico. Por supuesto que venden muchas cosas para los turistas, pero estas tiendas se mezclan muy bien, con los comercios para locales, en los que venden cacharros de todo tipo, ademas de comida, dulces, especias y todo lo demás que te puedes encontrar en un verdadero zoco musulman.
De hecho, me ha parecido mucho más auténtico y bonito que el famoso Gran Bazar De Estambul.
En uno de estos pequeños negocios, nos hemos tomado un bien cargado café turco y varios baklava, lo cual nos ha costado unos 10 euros al cambio.
He de decir, que de momento Jerusalén, no me esta pareciendo demasiado caro, y además la mayoría de los atractivos turísticos son gratuitos.
Tras reponer fuerzas, hemos estado un par de horas merodeando por El Barrio musulmán sin rumbo, tan solo recorriendo sus callejuelas, parando en los tenderetes de comida, cuando veíamos algo que nos atraía y sencillamente disfrutando de este barrio tan autentico, animado y colorido.
Al final, tras mucho caminar, nos hemos pararado en un pequeño restaurante para probar el plato por excelencia de Israel, el humus y el falafel.
Sin duda, no tiene punto de comparacion con el que te dan en los restaurantes de kebab de Europa, este estaba mucho mas bueno, además de no ser nada caro. Hemos pedido un entrante, dos bebidas y un sándwich cada uno y todo no ha llegado a 20 euros.
Tras la pausa, hemos regresado al muro de las lamentaciones, ya que a las 14.00 teníamos contratado un circuito guiado por los túneles del muro. Os recomiendo esta excursión, ya que se puede ver la parte inferior del muro de las lamentaciones, y descubrir la inmensa operación arquitectónica que llevó a cabo el rey Herodes, y las consiguientes reformas llevadas a cabo por los romanos, judíos y templarios.
Es necesario reservar los tickets con antelación -se puede hacer de forma oficial aquí– ya que son circuitos muy populares cuyas entradas se agotan casi siempre. El tour dura unos 75 minutos y te lleva por varias zonas subterráneas. En concreto nuestra guía, dio muy buenas explicaciones históricas y anécdotas, lo cual ha hecho el circuito muy ameno y divertido.
Barrio Judío
Como decía al principio, el día ha sido bastante intenso, y tras acabar de ver esa zona nos vemos dirigido al barrio judío, que es completamente diferente del musulmán. Para llegar al el, hay que salir por la puerta más al oeste del muro.
El Barrio judío está formado calles empedradas y amplias, que guardan el estilo antiguo, aunque fueron re-construidas tras las guerra de los 6 días en el año 1967. Su centro es la Plaza Hurva, que se trata de una pequeña plaza con una placa conmemorativa de los sucesos de 1948, cuando los jordanos reunieron a todos los judíos y los expulsaron de la Ciudad Vieja a la parte oeste de Jerusalén.
Tras visitar la plaza Hurva y pararnos a tomar un café frente a su sinagoga, nos adentramos por el barrio y comenzamos a merodear por sus calles, las cuales tienen realmente encanto.
Al final acabamos llegando al Cardo, que es un antiguo tramo de calle de 200m de longitud de origen romano y bizantino. La calle se encuentra a 6 metros bajo el nivel actual de la ciudad y fue descubierta durante trabajos arqueológicos entre 1976-1985. Se dice que el cardo era el principal eje comercial de la cuidad, y ahora aun mantiene su ambiente comercial con bastantes tiendas llevadas por judíos.
Barrio Cristiano
A todo, esto ya eran las 5 de la tarde, y no habíamos prácticamente pisado la parte cristiana.
Nuestra intención era hacer la vía dolorosa al completo, pero al empezar por la puerta del Leon, nos dimos cuenta de que casi todas las estaciones ya estaban cerradas, así que decidimos dejarlo para el día siguiente.
Sin embargo sabíamos que la Iglesia del Santo Sepulcro estaría abierta, y con menos gente que durante las horas centrales del día. Así que decidimos ir directamente allí.
Queríamos encontrar un momento del día en el que no hubiera demasiada gente, para poder mejor palpar la espiritualidad del lugar. Y aunque por supuesto que había gente, fuimos lo suficientemente afortunados de verlo sin multitudes.
Una de las cosas que más me llamó la atención fue la mezcla de vertientes del cristianismo que se dan bajo los techos de esta iglesia. La iglesia del Santo Sepulcro está bajo la custodia de diversas confesiones cristianas entre ellas, católicos, armenios ortodoxos y rusos ortodoxos, y se pueden ver símbolos de todas estas confesiones en el mismo lugar.
El Santo Sepulcro es el punto exacto donde —según los Evangelios— se produjo la Crucifixión, sepultura y Resurrección de Cristo.
En general, cuando se habla del Santo Sepulcro, se pueden distinguir dos cosas: La iglesia en la que se encuentran el sepulcro de Jesús, el monte del Calvario (donde murió), la piedra donde fue ungido antes de ser sepultado y el aljibe donde fue encontrada su cruz tres siglos más tarde. Secundariamente alberga diversas Capillas: Entre ellas destaca la capilla de Santa Elena, el coro de los griegos y la capilla del Santísimo (de los franciscanos, custodios de Tierra Santa), la capilla de Longinos y otras más.
Pudimos recorrer la iglesia a nuestro ritmo, sin aglomeraciones y pudiendo concentrarnos en la espiritual del lugar, que es y mucha.
Allí fuimos testigos de verdadera devoción y fe, e incluso llegue a emocionarme en algunos puntos del recorrido. Especialmente cuando visitamos el lugar donde Jesus fue crucificado, y sobre todo en su sepulcro, al cual por cierto hay que entrar de rodillas porque es una cueva, y muy pequeña.
Como decía al principio, hoy a sido un día realmente intenso en lo que espiritualmente se refiere, hemos sido testigos de la ferviente devoción religiosa de las personas. A las que independientemente de su rama, ofrece esperanza, nos hace mejores personas y otorga valores. Hemos incluso llegado a ver a un hombre llevando una cruz del tamaño de la que llevó Jesús por la Vía Dolorosa.
Así acaba el día con un recorrido de vértigo por algunas de las religiones más extendidas de la Tierra. Estamos cansados y con dolor de huesos, pero con la satisfacción y fascinación de presenciar tanta fe y devoción en un solo lugar.
Jerusalén es realmente una ciudad impresionante, tan espiritual e históricamente intensa que la sientes por todas partes. Mañana seguiremos el último camino de Cristo a través de Via Dolorosa en el barrio cristiano, ¡como decimos que este lugar es intenso y único!
